Medellín límpido
Sábado en la tarde
Mecanografía por Alfonso Buitrago y Pascual Gaviria
Fotografías de Juan Fernando Ospina
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Después de unos segundos vemos que la legión de desarrapados, callejosos y pillos menores, corre hacia la patrulla. Los ojos perdidos en el canto de la sirena. Por fin es cierto, en la calle, que los polos opuestos se atraen.
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Los policías entregan una sopa, un pan y un líquido en bolsa. La gente vuelve caminando con el botín. Uno de ellos nos dicen que no todo es tan fácil como dice la TV. Otro estrella la sopa contra la calle. Dice que el potaje está rancio.
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Rey, el más hablantinoso, es bajito, moreno, encías más que dientes. “Desde que empezó la cuare esto está duro. Por lo que antes nos daban 1.000 hoy nos dan 300”. Hay más pa recoger, menos compañeros trabajando y menos gente comprando.
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Ahora todo se compra revuelto: “por este nos daban 200”, muestra un tarro de límpido. “Ahora todo va a la misma bolsa”. Se encarga de traducir a su compinche. También lo complementa y lo acota. Es didáctico.
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Wil es más joven, más alto, más escueto. Le parece increíble que preguntemos lo que ya se sabe. ¿Y qué es lo que mejor se paga ahora, las latas? Sí, sí, las latas, dice Rey. “No, la chatarra”, riposta Will.
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Will cierra la puerta. Los envases de todo tipo de jabones y desinfectantes llenan uno de los grandes talegos. “Medellín límpido”, es la frase que surge.
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de Universo Centro